domingo, 15 de noviembre de 2009

TRES MILONGAS (letras)

Estas letras revitalizan -creo- la idealizada tristeza del fracaso porteño y también la alegría de poder ponerla en palabras. Estas milongas todavía no han encontrado un músico, ojalá que al navegar por internet -que es navegar por ahí, con y sin rumbo- encuentren ese bandoneón o guitarra que puedan mejorarlas y hacerlas dignas de ser cantadas.



MILONGA DEL DOS MIL Y PICO


No nací en un conventillo,
Ni soy guapo ni malevo,
Llevo una vida simplota
Que es lo único que tengo.
Ser moderno es como nada,
¿A qué le puedo cantar?
Los días se me estaquean
En un tedioso pasar.

No son tango ni milonga,
Los que inventaron el llanto,
Es esta vida tristona,
Esta que estoy explicando.
Un solo consuelo tengo,
Que no es tradición que invoco,
Es el dolor de la vida
Que en estos miles de años
Apenas si varió un poco.

Si ironizo en mi cantar,
Será porque nada cambia
Todo sigue igual, y eso,
Arrecia mi queja amarga.
Hoy en el dos mil y pico,
Dicen que no hay nada nuevo
Pero no desesperemos,
Resisten barrios y amores
Que son como todo el cielo.


MILONGA DEL QUE NO ESPERA


A la mitad de la vida,
Lento, me voy resbalando
No rezo a Dios ni a la suerte,
Ni pierdo el tiempo llorando.
Aunque tiempo siempre sobra,
Lo que me sobran son sueños
Que mientras rondan mi mente,
Más se alejan de mi cuerpo.

Si a las mujeres dedico
Estos últimos cartuchos,
La labia que les ofrezco
Las ahuyenta, cada noche,
De mi mísero cuartucho.
Desde este triste pisito,
Veo al mundo hacerse rico,
Pero antes lo vi tan pobre…
Ya volverá a ser pedacitos.

Los que no hacen como yo hago,
Y creen que el futuro espera,
Déjenme que les comente:
Así harán larga la vuelta,
A la mugrosa tapera.

A los que buscan arrullo,
Bien canchero les susurro,
No lo esperen de las minas,
De la calle, que trampea,
Mucho menos del laburo.
El sol cae y sin embargo,
Mi gris esquina me lleva,
A esperar con otros vagos,
Lo que, sé bien, nunca llega.


MILONGA DEL HAMBRE


La miseria nunca busca
Que la alumbren con reflector,
Lenta como viejo tractor
Va siempre sola y raída,
Lo único que me falta,
murmura,
Son mirones de buena vida.

Los panza llena se espantan,
Al ver revolver basura,
Ojo ahí, que no son sombras
Son sombras vivas de gente,
Que alguno pa´ ser muy fino,
Bautizó como indigentes.
Además de revolverla
Con amargura la tragan
Es que al laburo de hambriento
La calle bien poco paga

Algunos nos lamentamos
Sin salar la conjuntiva
Es que de cerca rumbeamos,
Ofensa, odio e infamia,
Y quizá un día las manos,
Medio temblando metamos,
En esas bolsas de rabia.

Los amables no violentos,
Los lelos y los inertes,
¿Juzgarán mal si una noche,
Un come-mierda los muerde?
¿Qué dirá el sabio o el piola,
si en un futuro cercano,
Amables, los enfrentamos,
Pistola cargada en mano?

3 comentarios:

FerGil dijo...

La mera verdad, no se qué clase de música sea una milonga, pero las letras solitas están re-buenas, jejeje.

Daniel Pérez dijo...

Alejandro: En general soy de respuestas rápidas, pero en tu caso me propuse ver tus blogs antes de responder, y así lo fui dejando para "más adelante".
Van mis disculpas y felicitaciones por esas agridulces milongas y por tu versatilidad para expresarte. Saludos.

Anónimo dijo...

Muy sentidas tus palabras,
que como dagas se clavan,
en el porteño pecho
de un país sin techo,
en nuestro sueño estrecho.-