“Yo no le deseo la muerte a nadie” me dice alguien por ahí.
Le digo que yo le deseé la muerte a muchísima gente pero ninguna se murió y ya
me harté de desear gratis. El tipo me mira con repulsión, como si su deseo no fuera
el mismo que el mío pasado por corrección de estilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario