No tengo nada
personal contra el arte contemporáneo. Sé que es producto del neoliberalismo,
que representa nuestra época (y la anterior, y quizá la anterior a esa, quién
sabe cuántos años se viene arrastrando), y no voy a decir cosas como “eso lo
hago yo” o “no diferencio la obra expuesta de la escoba y el tacho de basura
del personal de limpieza del museo” ni ninguna de esas frases de ignorante. Lo
único que le reclamo es que me tome de pelotudo de una manera tan alevosa y sin
anestesia. Quizá eso le falte al arte contemporáneo, más anestesia. No es mucho
pedir, creo yo. Esta foto de abajo de Ai Weiwei (o como se llame) imitando la
muerte de aquel nenito sirio refugiado sí me conmueve, no tiene nada de
oportunista, es arte puro. O es algo que no comprendo, pero sin duda es la obra
de un auténtico hijo de la repureza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario